Postmodernidad, legitimidad y Educación
Una interpretación de la postmodernidad que conjugue
los aspectos ontológicos y
epistemológicos de esta transición (Power 1990, Hassard 1993) debe poner en
relación las formas legítimas del conocer con la legitimidad de administrar el
saber y el poder. Desde la perspectiva de la ontología social, la discusión de
la postmodernidad se centra sobre todo en un problema de periodización, esto
es, en la identificación de un conjunto de fenómenos que pueden ser
considerados como síntomas de transición hacia una nueva era la que ya nos
hemos referido, la cuestión estriba en calibrar hasta qué punto fenómeno-nos
como flexibilidad, desorganización, dualización o incertidumbre, considerados
habitualmente como cruciales en la evolución actual delos sistemas sociales,
apuntan hacia una pauta de ordenamiento radicalmente enfrentada al mecanismo de
regulación social vigente hasta hoy por ellos la postmodernidad tiende a
presentarse más como un paradigma que como un período. Ahora bien L o que realmente importa
retener de todo ello es que lo que el giro postmoderno cuestiona no es tanto la
legitimidad de un modelo u otro de ordenamiento social, sino la posibilidad
misma de la legitimidad. Es decir Lo basado en la unión operativa del
conocimiento científico acumulativo y la acción del Estado como “gran cerebro
administrador de lo público. No obstante
todas las reformas que surgieron derivan además de los procesos
educativos pragmamaticos y legitimos
en de la posmodernidad ya que se materializa un plan funcional ilustrador de la educación
y espíritu, la capacidad intelectual del modelo de enseñanza superior diseñado
por Humboldt: en Él cual hace mención acerca de los intelectuales que aparecieron como la guía espiritual y moral de la nación.
Como parte de una regulación del saber legítimo que conjugan el conocimiento
con la sociedad y su Estado como una relación medio-fin: lo que hace a un saber
legítimo es su capacidad como medio para hacer real la moralidad (1986, p. 69);
En este sentido desde otro punto de vista de interpretacion a la misma , se hace referencia a unos panorama mas claros, amplio e
interesante contenidos bajo los programas educativos actuales que deben referirse a la
formación del individuo y la integración con su entorno. Y concebir a la
educación, aludiendo a García Canclini, como un proceso multicultural, mestizo,
híbrido y plural, donde quepa el sincretismo de las ideas.
Concretamente, la educación en el postmodernismo,
tendrá que atender a los individuos de la misma índole: postmodernos. Mismos
que exigirán un espectro mucho más amplio que las generaciones anteriores. El
reto aquí, es impartir educación a un ente narcisista, individualista,
fragmentado, sin proyecto histórico, antinacionalista, despolitizado,
consumista, seducido por la moda y diversificado en gusto; en pocas palabras;
el que se conoce como el ciudadano global, concepto meramente occidentalista.
denada, estable y equilibrada, sino que bulle y burbujea con el cam-
bio, el desorden y el proceso (...). El caos no es excepción, lo insólito
es una parte normal de la realidad y es capaz de generar estructuras
y ordenamientos no aleatorios” (Toffier 1986).
"El postmodernismo no ha traído consigo un nuevo voca-
bulario para comprendernos”. Su efecto es más bien apocalíptico: ha
puesto en tela de juicio el concepto mismo de la esencia personal y
la verdad (Gergen 1992, pp. 12, 26).
"la mayor parte de la realidad no es or-
denada, estable y equilibrada, sino que bulle y burbujea con el cam-
bio, el desorden y el proceso (...). El caos no es excepción, lo insólito
es una parte normal de la realidad y es capaz de generar estructuras
y ordenamientos no aleatorios” (Toffier 1986).
FUENTES
-http://www.scielo.br/pdf/es/v20n67/v20n67a01.pdf
-http://pedagogiaysaberes.blogspot.com/2012/06/lectura-no-6-postmodernidad-legitimidad.html